Gestionado por una asociación sin ánimo de lucro, el Centre d’Art i Natura (CAN) es una residencia de trabajo para artistas e investigadores. La base sociológica que permite el proyecto en Farrera se explica por una migración en los años 70 y 80 de jóvenes neorrurales de orígenes internacionales. Entre ellos, un irlandés, Bernard Loughlin, que en 1989 pasa un año de su vida en el pueblo y propone la iniciativa, desde su condición de director del Tyrone Guthrie Centre. Arte y ciencia, creación e investigación en residencia son los ejes más singulares del CAN, a los que se suma su localización a 1.360 metros de altura en medio del Pirineo Catalán.